Nació en 1833 en Guadix (Granada), hijo de Pedro de Alarcón y Joaquina de Ariza. Cursó sus estudios de bachillerato en Granada e inició la carrera de derecho, pero la apurada situación económica familiar impidió que concluyese la licenciatura. Su padre le sugirió la vida religiosa como medio de subsistencia pero, tras pasar por el Seminario, lo abandonó en 1853 para dirigirse a Madrid y cultivar una carrera literaria. Ya había colaborado con sus aportaciones en la revista gaditana El Eco del Comercio y había compuesto obras teatrales. Ese primer desembarco en la capital no tuvo el éxito esperado y regresó a Granada donde frecuentó el círculo La Cuerda Granadina que acogía a literarios y artistas de vida bohemia. La Cuerda desapareció a raíz de la revolución de julio de 1854 en la que Alarcón no dudó en participar. Empezó a colaborar con la prensa de carácter revolucionario, como El Eco de Occidente, llegando a dirigir El Látigo, donde publicó varias diatribas contra la figura de Isabel II. Eso le llevó a protagonizar un duelo con el escritor venezolano Heriberto García de Quevedo. Aunque salió ileso de este episodio, Alarcón se vio sumido en una crisis moral que le llevó a refugiarse en Segovia y a un cambio total en sus principios políticos. A su vuelta a Madrid mostró su defensa de los principios conservadores y católicos que van a marcar muchos aspectos de su obra escrita. Fueron años en los que publicó artículos de costumbres en la prensa madrileña, relatos breves, irrumpiendo en 1857 como autor teatral.
En 1859 se incorporó al batallón de cazadores de Ciudad Rodrigo donde ejerció como corresponsal de guerra. Sus partes informativos desde el frente se publicaron como Diario de un testigo de la Guerra de África. Se incorporó a la vida política, viviendo episodios como al Revolución Gloriosa de 1868, y ocupando cargo como diputado por Cádiz y Guadix. La experiencia de sus viajes electorales por esta última circunscripción quedó recogida en un libro de viajes sobre La Alpujarra. En 1874 estrenó la que es su obra más conocida, El Sombrero de Tres Picos. Un año más tarde fue admitido como académico en la Real Academia Española y ocupó cargo como senador por Granada. Alarcón siguió escribiendo en los años postreros de su vida y, si bien es cierto que sus obras contaron con el éxito y aplauso del público, no lograron el elogio de la crítica.
Se casó con Paulina Contreras Reyes y fueron padres de ocho hijos, entre otros, Pedro Pablo de Alarcón Contreras. Falleció en Madrid en 1891 en su domicilio de la calle Atocha.
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1833/03/10-1891/07/19
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1772-1843
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